Una mariposa se quemó...

 La mariposa con las alas de cuero voló sobre un fuego fatuo de odio, y se abrasó... Cayó en el suelo, pero no la pisó nadie. Y abrasada, sonrió al horizonte, dejó atrás un sueño inacabado, y volvió a la rama dónde estaba posada antes de volver a volar.