Trascendencias....¿?
La unidad de ictus estaba en un amplio pasillo bicolor, blanco y verde pastel. No se percibía ningún olor pero sí los sonidos de las televisiones inusitadamente altas ( con los volúmenes inusitadamente elevados ) ( y extrañamente ). Entramos en la habitación: un matrimonio anciano en que sólo el marido se podía permitir el lujo de ser anciano; ella, creo que su nombre era Mercedes, sacaba fuerzas de flaqueza y de paciencia desde hacía meses infinitos… Ambos callaron, ella nos miraba fijamente, él tenía la vista perdida en el haloperidol. Media luz y sonidos en el pasillo, cuando te das cuenta de que en un mundo lleno de trascendencias de euríbores o de gestiones, hay personas que ni siquiera pueden ponerse de pie por si solas, ni comer, ni orinar.