Cuando vi esta fotografía en internet recordé a mi padre, el melómano Gaspar. Yo era una cría cuando anunciaban en la televisión " los WEEBLES", unos pequeños tentetiesos muy simpáticos. que querían jugar con nosotros ( quizás los de mi edad los recuerden ). Y mi padre, solícito, me prometió uno. Pero en la papelería de Gabriel, que tenía pocos juguetes de moda, solo pudo encontrar a Tembleke, un juguete con un bolígrafo. Su cuello se movía cada vez que dejabas de escribir, y era tan simpático o más que los weebles. Y me lo regaló. Y lo tuve muchos años hasta que el exilio del pasado ( cosas personales que quizás algún día cuente ) me obligó a dejarlo donde está ahora, que muy bien no sé dónde es. Pero su recuerdo está en mí.
Y una lágrima recordándolo, también.